Una reflexión para floristas en un mes emocional
Diciembre llega con luces, celebraciones, villancicos, decoraciones y un aire que parece decirnos que “todo debe ser perfecto”. Y aunque la temporada navideña es hermosa, también es un mes que remueve emociones profundas. A veces, la ilusión convive con la nostalgia. La alegría se mezcla con la presión. La magia coexiste con el cansancio.
Y está bien.
De verdad: está bien si no te sientes “navideño”. Está bien si te late el corazón más lento. Está bien si diciembre no te enciende la chispa que enciende a otros.
Como florista, además, vives esta época desde otro ángulo. Para ti no solo es un mes emocional… también es un mes intenso en trabajo, expectativas, cargas mentales, producción y caos.
Por eso, este blog no es sobre flores, ni ventas, ni estrategias navideñas.
Es un blog sobre ti.
Sobre cómo sentirte acompañado dentro de una temporada que exige tanto hacia afuera, que a veces nos deja poco espacio para mirar hacia adentro.
Aquí van algunas ideas para sostenerte durante diciembre:
1. Permítete sentir lo que sea que estés sintiendo
No hay una forma “correcta” de vivir diciembre. Algunas personas aman la Navidad. Otras la evitan. Para algunas es familiar y cálida. Para otras, es solitaria o abrumadora. Tu experiencia es válida. No necesitas forzar nada.
2. Crea tus propios rituales de calma
Entre pedidos, mensajes, tráfico y entregas, busca micro–espacios para ti:
- una vela encendida mientras trabajas
- música suave para mantenerte centrado
- un té caliente antes de empezar producción
- escribir tres cosas que agradeces ese día
Pequeños rituales, gran sostén.
3. No cargues expectativas ajenas
Diciembre viene lleno de “deberías”: deberías estar feliz, deberías comprar, deberías reunirte, deberías sentirte agradecido.
La verdad: no deberías nada.
Tú eliges qué rituales te sirven y cuáles no.
4. Recuerda que las flores también acompañan el alma
Muchos clientes que te compran en estas fechas no solo quieren un arreglo bonito: buscan un símbolo, un abrazo, una intención.
Tú, con tu trabajo, también acompañas procesos emocionales.
Eso es algo poderoso… y también desgastante. Cuídate mientras cuidas a otros.
5. Encuentra luz en las pequeñas cosas
Si la Navidad no te emociona, está bien.
Pero tal vez puedas conectar con:
- el olor del pino
- una taza caliente
- una tarde lenta
- las risas espontáneas
- un mensaje inesperado
- una flor que abrió justo hoy
La magia no siempre es gigante. A veces es sutil.
6. Y si este año te pesa… recuerda que pasará
Diciembre es una estación emocional intensa, pero es solo un mes.
No define tu valor. No define tu negocio. No define tu año.
Respira. Suaviza. Y sostente con cariño.
La Navidad es hermosa, sí. Pero también es humana.
Y tú también mereces vivirla desde la verdad, no desde la exigencia.
